A partir de los 18 meses de edad, el niño conseguirá una
movilidad completa que le ofrecerá nuevas posibilidades de exploración con
respecto a su entorno y una mayor independencia. Además, a nivel cognitivo
adquirirá la madurez necesaria para poseer esquemas de acción interiorizados, o
lo que es lo mismo, esquemas de representación. De este modo, la inteligencia
actuará cada vez más con representaciones, anticipando los efectos sin
necesidad de probarlos.
Al final de este periodo aparecerá el juego simbólico en el
“jugar como si...”, lo cual supondrá el paso de la inteligencia sensoriomotora
a la inteligencia simbólica.
Los juguetes más aconsejables para este periodo de edad son:
• Triciclos,
caballitos, balancines y correpasillos sin pedales.
• Juegos de
construcción un poco más complejos, pero todavía de piezas grandes y colores
brillantes.
• Rompecabezas de
pocas piezas y grandes.
• Puzzles de 2-3
piezas.
• Encajables.
• Juguetes que
favorezcan la imitación (cocinitas, tocadores, etc.).
• Muñecas con
vestiditos, cunas y demás utensilios.
• Juguetes que
representen oficios.
• Animales,
vehículos, objetos del entorno...
• Vehículos con
batería.
• Juegos de arena.
• Musicales.
• Vehículos de
pequeño tamaño.
• Casas de tela y
de plástico.
• Toboganes,
columpios…
• Pizarras
magnéticas y de agua.
• Muñecos pequeños
y accesorios.
• Disfraces.